Imagen cabecera

Imagen cabecera

12/12/11

LA MIRADA DEL BIZCO


Los ajustes en las arcas municipales están levantando las primeras ampollas. Nadie puede estar contento cuando se trata de recortar porque, de una manera u otra, de manera más directa o indirecta, todos acabamos tocados.
En cualquier caso, sí es deseable que esos sacrificios sean rigurosamente repartidos y alcancen el máximo de igualdad. Sé que no es fácil de conseguir con una precisión milimétrica pero sí es deseable que las tijeras se ajusten al máximo a este principio.
Lo evidente es que el desequilibrio de ingresos y gastos es insostenible. Nadie puede gastar más de lo que ingresa sin pedir prestado y ni el endeudamiento lo permite ni la banca está para muchos préstamos.
Sólo hay una receta posible; buscar recursos para aumentar los ingresos y buscar fórmulas de aminorar los gastos.
En el capítulo de ingresos se debe presionar al Estado para que los Ayuntamientos dispongan directa e íntegramente de los recursos asignados a los servicios que prestan obligatoriamente, sin el filtro menguante de la Junta. También para modificar la Ley de Financiación de las Administraciones Locales y que se ajusten a la realidad las transferencias a municipios, hasta ahora enmascaradas por la recaudación vía sector inmobiliario. Y por supuesto, arbitrar medidas eficaces de vigilancia para que las “meriendas de negros” recientes no se repitan mañana.
También hay que ofrecer a las empresas, principalmente a la pequeña y mediana, también a los emprendedores con proyectos viables, un lecho de flores para que hagan realidad sus proyectos y empeños. Pero no debe tratarse de un apoyo estético sino un casi mimo.
Lo que no es recomendable hacer bajo ningún concepto, en ninguna administración, es hacer un plus de recaudación vía impuestos, ni directa ni indirectamente, es decir, ni a través de IVA u otros ni por el conducto de saquear bolsillos a través del ORA o del azote de las multas indiscriminadas. La vaca ya no da más leche, como el bolsillo de los ciudadanos.
En el capítulo de gastos, en Ayuntamiento de Jerez debe seguir criterios, sencillamente, de responsabilidad, valentía y sentido común. La situación es tan grave que todo debe valer.
En lo relativo a gastos de personal, el cacareado capítulo Uno, se debe prescindir de lo prescindible y paliar el tijeretazo con una eficiencia que presumo muy dudosa. Esto se traduce, hablando en plata, en la adecuación de los sueldos a los nefastos tiempos que corren –siempre partiendo de unos mínimos- y en que no haya más personal que el estrictamente necesario para el buen funcionamiento de los servicios al ciudadano. Todos los enchufados que menudean por el Ayuntamiento, todos aquellos que mágicamente no cumplen los requisitos de capacitación o titulación para el puesto que desempeñan, todos esos apellidos machaconamente repetidos en las nóminas municipales, deben ser estudiados y devueltos al mundo de los mortales. Es triste prescindir de gente, con familia y necesidades, pero más triste es que la tropa enchufados se costee por quienes ya casi nada tienen y lucen su desesperación en las colas del SAE o INEM –otra duplicidad con tufo a golfada-.
En cuanto a los gastos generales, es la hora de los políticos honestos, de la vocación de servicio, de los gastos medidos y justos, de los servidores y no de los servidos.
En lo restante, hay que asumir las empresas municipales rentables y concesionar las que no lo son, hay que vender si es preciso patrimonio inservible en aras de la actividad económica –como los pórticos de la plaza de Arenal para destino comercial-, hay que pedir a los sindicatos la misma responsabilidad que demandan, con sus miles de orondos liberados, y recordarles que todas esas contrataciones masivas que hoy son el grueso del problema de la ciudad fueron permitidas por ellos a cambio de las correspondientes “tajadas” coparticipativas.
Y así hasta que consigamos equilibrar la balanza.
No cabe duda de que hay que tomar medidas urgentes y de que los jerezanos deben hacer un gran esfuerzo de solidaridad, más allá de sus intereses, que de momento no he visto.
Pero lo que no es justo, y no tengo siglas, que estemos santificando a quienes apalearon a Jerez con sus excesos y caprichos, que seamos indulgentes con quienes no prestaron los primeros auxilios y que nos ensañemos ahora con quienes intentan salvar al moribundo.
La mirada del bizco.


1/11/11

GUILLERMO, BUBA Y KIYOSU


El zoo de Jerez atraviesa una racha funesta, como el país.
Los que a mi gusto eran los animales más emblemáticos y los que, al mismo tiempo, eran los más queridos por la chiquillería, han desaparecido. Unos para siempre, el chimpancé y el tigre blanco, y otros esperemos que temporalmente, como es el caso de la elefanta.
Guillermo falleció de repente, una enfermedad muy frecuente. El chimpancé era el adalid de Darwin en el siglo XXI, demostraba a cada instante que los de su especie son nuestros ascendientes y no, como aseguran otros, los lagartos. Aunque conozco algunos casos en los que apostaría por el lagarto. Lo cierto es que pasaba sus buenos ratos tumbado a la bartola, y veía películas de Disney y pornos –casi lo mismo-, y le gustaba averiguar qué había debajo de las faldas femeninas. Un perfecto ser humano de nuestro tiempo. Le falló de forma inesperada el corazón y, ahora, seguro que se pajillea tan ricamente en el paraíso de los monos.
Kiyosu era un ejemplar único de tigre blanco, un capricho de la genética, tan peculiar como Copito de Nieve pero con menos marketing. Y es que ya se sabe que los catalanes saben vender escobas mientras los andaluces no sabemos vender aspiradoras. Seguramente la existencia del tigre no fuera tan embaucadora como la del chimpancé o el elefante, no obstante los tigres se dan menos a querer y son más distantes, pero su unicidad le hacía la estrella biológica de nuestro Tempul. Le salió un tumor, como a tantos otros humanos, y de nada sirvieron el bisturí y el esmero de sus cuidadores. Ya van dos, corazón y cáncer, la lacra humana de nuestros tiempos.
La marcha de Buba fue dolorosa pero estrictamente necesaria, incluso debió hacerlo meses antes pero hasta ella se vio envuelta en las maquinaciones de los políticos. Los elefantes son animales de naturaleza tan gregaria como las suegras, necesitan compañía, amarse, ser padres y madres, cuidar a sus hijos, protegerlos, como muchos humanos que no todos. Prescindiendo de chistes de las trompas, sólo se diferencian de nosotros en que no hacen cola en el INEM. Buba está ahora muy lejos, en Hungría, aprendiendo a gozar tardíamente de sus fueros naturales. En el interior de su primera manada se distingue porque barrita en andaluz, con el deje flamenco del barrio de Santiago, y porque va dejando tras sí un mínimo pero seductor rastro envinado. La hemos perdido provisionalmente y su regreso, probablemente con compañía, dependerá estrictamente de nosotros, de cómo manejemos esta crisis y de la imaginación que inviertan los políticos para renovar y adecuar sus instalaciones. En definitiva, su futuro depende de lo mismo que nosotros.
Son tres ejemplos muy significativos de lo que nos ha tocado vivir; o morimos de cáncer o de un infarto o huimos de la crisis hacia otro lugar donde no nos sintamos deplorablemente solos y abandonados.

3/10/11

EL CEPO


La venta El Cepo está a mitad de camino entre Rota y Jerez, rozando los límites del penal. No pasa inadvertida por la enorme bandera de España que ondea sobre su tejado. Y no es un distintivo que provenga de la euforia deportiva que estamos viviendo, de ese emergente patriotismo de pelotas, sino de mucho antes, al menos treinta años atrás.
En lo culinario, es una maravilla; uno de esos sitios infalibles, que pidas lo que pidas nunca falla.
En lo demás, de sobremesa, siempre son curiosas las anécdotas que cuentan, no obstante el penal acoge a un sinnúmero de etarras y el establecimiento –con la bandera de recordatorio- es el refugio obligado de quienes los visitan.
De modo que el grueso de su clientela, además de los de paisano, son presos etarras, familiares y amigos y las “brigadillas” policiales que, sin demasiado incógnito, los vigilan. Los primeros y segundos llegan y no se privan de ponerse tibios con cargo al bolsillo de los españoles que tanto aborrecen.
Pero me dicen que eso se ha acabado, que los presos van a ser trasladados en breve a las cárceles vascas, que los familiares y presos llevan seis meses con esa certeza.
¿Pero cómo es que lo saben desde hace meses cuando el común de los españoles acabamos de enterarnos?
Aquí hay gato encerrado.
De modo que indago un poco más.
Los familiares de los presos, muchos asesinos de nucas, no guardan pudor al asegurar que ya está todo más que hablado. Parecería una bravuconada de no ser porque muchos de estos son batasunos o etarras en excedencia. Y no lo afirman uno ni dos, sino todos.
Dicen textualmente que el gobierno socialista guarda un as en la manga: ETA entregará las armas justo antes de las elecciones del 20-N, como golpe de efecto a la campaña, y a cambio, aunque no gane el quiromante Rubalcaba, todo quedará suficientemente encauzado para que el acercamiento se produzca irremediablemente. Ese es el trato.
Tiempo al tiempo.
Lo triste es que todavía habrá algún cretino, de los que presumen de haber sido perseguidos por los grises como si eso fuera un salvoconducto para los desmanes y las torpezas, de los muchos cebones políticos que nos rodean, que tenga la desfachatez de asegurar que esto entra dentro del juego democrático.

15/7/11

LA PODA


Ha llegado la hora de las patatas calientes, de la valentía.
Llevamos muchos años asistiendo a un baile de cobardes, la danza de los amagos, pretextar y no hacer, y la actual corporación jerezana no puede permitirse el lujo de dilatar ni un segundo más las decisiones; entre otras cosas porque si se pagan los caprichos no queda dinero para lo fundamental. Jerez, por ejemplo, no puede permitirse la televisión local más cara de España, ni la presencia de un puñado de amiguetes amables con los anteriores alcaldes, ni un director blindado y a cuerpo de rey que, Dios a sabe a cambio de qué finiquito, ya ha sido desfenestrado.
Por lo demás, hay dos instrumentos básicos y urgentes para empezar a andar; una auditoría seria y sin tachones y una relación de puestos de trabajo que defina los recursos humanos necesarios, ni uno más, para el buen funcionamiento de nuestro Ayuntamiento. En definitiva, todo lo que es razonable en una empresa, en una familia,...
Lo primero, la auditoría, y que espero se realice igualmente en la Diputación tras treinta y dos años de sospechosa opacidad, no debiera ser políticamente correcta, como se barrunta, sino a saco. Los jerezanos y los gaditanos tienen derecho a saber cómo se han hecho las cosas y desenmascarar a los cortijeros de nuevo cuño que se han creído dueños de la cosa pública.
El momento supremo de la valentía llegará luego, cuando con la RPT en la mano se aborde el tiempo de la poda. Aquí tampoco debe temblar la mano. No puede haber derechos consolidados para quienes ocuparon sus puestos por vía digital, por parentesco, por amistad o por conveniencia, sin preparación ni méritos algunos. Hay muchos contratos fraudulentos y sobrepagados y la administración local se fundamenta en una estructura ineficaz, sobredimensionada e ilegítima. Los derechos prevalentes no los tienen quienes accedieron a la sopa boba con trampas sino los acreedores del Ayuntamiento, los contribuyentes, los que trabajan legítimamente para nosotros y los que ocupan las colas del paro. Los unos, los tramposos, no pueden estar por encima de estos otros.
Por eso espero que, llegado el momento y con la RPT en la mano, quienes están ocupando esos puestos al capricho de un dedo, a saber qué dedo, sean devueltos sin miramientos a la bolsa de los mortales.

28/6/11

BENDITOS ABNEGADOS


A la vista del fuerte rechazo producido por mi artículo “Manada de ladrones”, ya oportunamente retirado, que se produjo tras una sobredosis de bilis –para que lo sepan “periodistas sin fronteras”-, he modificado sus términos en señal de desagravio, empezando por el titular, mucho más correcto.

¡Ave María Purísima!
Definitivamente, y no me duele reconocerlo, vivimos rodeados y gobernados por benditos abnegados. ¿Y quiénes son esos benditos abnegados? Pues me refiero a absolutamente todos los que nos gobiernan al servicio de esta democracia plena; desde el muy avispado ZP, a la saliente alcaldesa Pilar Sánchez, a ese ejemplo de la moralidad llamado González Cabañas, como a todos esos otros gobernantes que nos premian con su honradez y abnegación.
Casualmente, justo desde el instante en que muy educadamente, como es mi estilo, comencé a opinar sobre ellos, empezaron a llegar infinidad de multas, alguna de lugares remotos que nunca he visitado, que en principio achaqué a errores de fácil solución.
Meras casualidades, no hay que pensar mal.
Porque qué hay de malo en mis comentarios, que una alcaldesa vele por la salud laboral y económica familiar, o qué en que el señor González Cabañas, alma de la izquierda gaditana, se rodee en la Diputación de políticos y afectos de valía contrastable en su paso por los ayuntamientos, o qué si la mala suerte se ha cebado con el buen hacer del señor Zapatero. Mesura, siempre mesura, y mucha comprensión.
Nada tiene que ver eso con que yo recurriera las multas y, sin duda, ocupados en sus muchos y altos quehaceres, ni contestaran. Que volviera a recurrir y, seguramente por defectos de forma achacables a mi torpeza y no a su brillante gestión, zanjaran el intercambio de papeles, por razones ecológicas, en embargo. Además, me tranquiliza saber que los importes embargados redundaran en beneficios para los trabajadores de los EREs de las empresas, o para mejorar la calidad de los colegios en la provincia de Cádiz, o para la contratación de sabios asesores que mejoren la gestión. Es un alivio.
Lo gritaré a los cuatro vientos –o a los cinco vientos como decía un ministro de cultura, a saber a qué quinto viento se refería-, me encanta que me embarguen para mejorar mi ciudad, mi mancomunidad, mi provincia, mi región, mi país, mi continente, mi mundo y parte del espacio, aunque con ello hayan privado a mi familia de un más que merecido veraneo.
Espero y deseo fervientemente que todos estos benditos abnegados reciban el premio que merecen, ya sea en un puesto en Europa o de asesores de alguna cosa.
Será justo y necesario.

RETIRADA

He retirado el artículo "Ladrones" por una sencilla razón práctica; tuve la nausea, vomité y se me ha pasado. Lamento haberlo publicado, lo que no quiere decir que lamente haberlo escrito o sentido o pensado. Borro la publicación pero no el sentimiento. Respecto algunas reacciones o comentarios, solo puedo tacharlos de previsibles. Mis disculpas pues a los que no figuraron mereciéndolo y a los que no se han sentido ofendidos.

26/6/11

DIPUTACIONES Y OTROS ASILOS


Cuando allá por el año 2006, en radio, televisión y prensa, abogué por la supresión de las Diputaciones Provinciales, del desinflado Senado, de la duplicidad de Delegaciones del Gobierno Central y de la Junta de Andalucía, por la devolución de competencias autonómicas absurdamente transferidas, junto a otros asuntos que hacen del Estado un obeso perezoso, caro e inmóvil, fui tachado casi de antidemócrata por muchos. Porque claro, proclamar que la democracia no es un logro sino algo que debe estar siempre a medio construir o solicitar una poda de los burdeles que los partidos han construido en torno a ella, es atentar contra la gran farsa que los listos han urdido en torno a los tontos.
La gran verdad, entonces y ahora, es que las instancias referidas son tan costosas como inútiles. Lo eran antes, cuando estábamos obnubilados por ser el “milagro económico europeo” y lo son también ahora, cuando apenas somos un globo desinflado y ya todos nos miran por debajo de las enaguas.
Es en este momento, en el 2011, seis años más tarde de casi ser decapitado por ejercer mi democrático y fundado derecho a la opinión y justo en el instante en que los socialistas comienzan a perder su hegemonía en las instituciones, cuando mi modesta sugerencia ya ha dejado de ser disparatada y atentatoria contra la sacrosanta y desvirgada democracia. Ahora, personalidades como Felipe González, o Manuel Chaves, o incluso quienes directamente me señalaron, u otros muchos, suscriben mis tesis de entonces.
¿Y qué ha cambiado? ¿Qué elementos nuevos aparecen en el panorama político para este súbito cambio de opinión? ¿Una regeneración reflexiva?
Lo cierto es que antes no convenía y ahora sí.
Las Diputaciones eran y son cementerios de políticos quemados, mesas vacías para amigotes y mordazas de quienes mucho saben. Yo siempre tomo como ejemplo, aunque conozca las entrañas de otras muchas, la de Cádiz. Y casualmente en ella, los útiles, los que sacan las castañas del fuego, son los que nada tienen que ver con la política. Los demás, son adscritos a la taberna del señor Cabañas.
El Senado era y es el asilo de los políticos de la segunda fila, de los que no han tenido redaños para ganarse el puesto, cara a cara, con el electorado. Por lo demás, el bicameralismo fue inventado para otros tiempos y otras necesidades que difieren mucho de las actuales.
Las Delegaciones de Gobierno, del central y autonómico, a efectos prácticos, además de estamentos duplicados, son premios de una muy dudosa legitimidad que general y casualmente recaen en el que más tiene que callar y su única utilidad se remite al funcionamiento interno de los partidos. Vienen a ser como los sombreros para el sol y el sol para los sombreros. Pero, para el buen gobierno del ciudadano, cero.
La duplicación de competencias rayan en la desvergüenza. Se han pasado treinta años descentralizando, diciendo que nos gobierna Europa, el Gobierno español, el Gobierno andaluz, las Diputaciones Provinciales, las Mancomunidades, los Alcaldes y ahora resulta que los únicos que mandan son los mercados y los intereses de in ciento de multimillonarios supranacionales y deshonestos. Pero claro, mientras tanto, se llenan edificios de adeptos más o menos útiles que viven, cobran y votan al gusto del interesado.
¿Pero porqué sucede así? ¿Porqué no hay nadie que se atreva a desmontar este tinglado vergonzante y muy democrático de izquierdistas muy de derechas?
Esto sucede así, sencillamente, para que ustedes puedan cuadrar el círculo, porque todos los miles de beneficiados a los que me vengo refiriendo ceden parte de sus ganancias a los partidos. Ese es el trato.
¿Comprenden ahora?
Pero claro, antes no convenía. Sin embargo ahora, que el señor González, Chaves y otros muchos, descubren que han perdido buena parte de la tarta y que perderán próximamente las migajas, la cosa cambia. Ahora sí proclaman públicamente que hay que adelgazar el Estado de sus elementos inútiles y, de paso, un servidor ya no es tan antidemócrata como antes.

29/4/11

LITTLE SPACE ("ESPACITO")

El secretario general de la Unión de Guardias Civiles ha sacado a pasear los monos del circo del señor Rubalcaba. En una rueda de prensa, ha apuntado que la reciente limitación de la velocidad a 110 kilómetros por hora es una "auténtica tomadura de pelo", que esa medida tiene como único objetivo el aumento de la recaudación por multas de tráfico. Nada nuevo, aunque sí obtenemos un refrendo oficial de un secreto a voces.
"Se trata de recaudar y punto", ha declarado sin paliativos el representante de la Benemérita.
Pero además, ha denunciado las presiones que están recibiendo los agentes de tráfico para que aumenten el número de denuncias, amenazando a los que no lo hagan con una rebaja mensual de 200 euros. De hecho, para corroborar esta acusación, el portavoz ha presentado a los medios un documento oficial mediante el cual se advertía a los agentes que perderían ese complemento si no se cumplían los objetivos de denuncia.
Es muy grave que un titular de esta envergadura y de tamaña desvergüenza haya pasado de puntillas por los principales periódicos de nuestro país, como también es denigrante que los muchos gilipollas que inundan la geografía patria se deshagan en elogios hacia esta medida de engañabobos.
No nos dejemos embaucar. La palabra mágica no es otra que recaudar y lo demás son disfraces que arengan a la mentada cohorte de cretinos.
La medida "ahorradora" del señor Rubalcaba es equivalente a las que calladamente están llevando a cabo por toda España los Ayuntamientos en connivencia con las estériles Diputaciones. Presumen en los medios de no subir los impuestos mientras meten la mano por otros cauces en el bolsillo del ciudadano.
¿Que los Ayuntamientos no tienen dinero?
Cierto.
Pero no lo tienen porque hay que pagar los sueldos de los compañeros, amigos, queridos, amantes, desposados, cuñados y primos lejanos que han ido colocando digitalmente de forma masiva.
La provincia de Cádiz y, en especial, la ciudad de Jerez no escapan de la tónica general sino más bien la encabezan. Por eso se van inventando artimañas, como RPTs simuladas u otras obstrucciones, para descubrir a la opinión pública la merienda de negros que han perpetrado durante años. Tanto la extinguible Diputación como el Ayuntamiento, mientras duró la bonanza, han funcionado como puro cortijo, sin embargo ahora la escasez ha dejado sus traseros al aire. La plantilla del Ayuntamiento de Jerez es un océano de amiguetes y, en los feudos del señor Cabañas, allá donde no se conoce la palabra alternancia, se refugia confortablemente el Frente de Juventudes del Clan de Alcalá y se intuyen infinitas montañas de mugre bajo las alfombras.
Al tiempo.
Así que sólo les queda el recurso de mendigar hacia arriba y recaudar hacia abajo, aunque sea a base de robos esquineros, de un ejercicio legal del saqueo, o sea, de masacrar al ciudadano a base de multas.
No es muy socialista imponer mil euros de multa a uno de los 31.000 parados jerezanos de eterna duración que hacerlo a un diezmilheurista público o privado, o a un alto cargo analfabestia de libre designación.
Y digo yo que, si es legítimo multar con 200 euros a un parado que no huele un céntimo porque se ha demorado cinco minutos en la zona azul, cuánto habría que imponer al señor ZP y a sus inutilísimos colaterales por sus tardanzas y torpezas; o por negar nuestra enfermedad, por retrasarse en el diagnóstico y, finalmente, por tratarla equivocadamente dejando tras sí varios millones de cadáveres. Pues seguro que no serán multados. En todo caso serán castigados con un título de Marqués o con un puesto de asesor económico en Bruselas.

14/4/11

EL CUENTO MÁS CORTO JAMÁS CONTADO

Había una vez un hermoso príncipe que le preguntó a la bella Princesa:
-Te quieres casar conmigo?
Y ella le respondió...
- NO!!!

Y el Príncipe vivió feliz por muchos años. Iba a pescar, a cazar y al bar todos los días con sus amigos. Y tomaba mucha cerveza, vino y copas hasta no distinguirlas. Jugaba al golf y comía todo el colesterol que se le antojaba. Y llegaba holgado a final de mes porque n
o tenía que competir con vecinos y amigos por el mejor coche, la mejor casa o el mejor lugar de vacaciones.
Y andaba con mujeres de la noche sin que le preguntaran si las quería, más alguna vecina y amiga que se le puso a tiro. Y su casa era una maravillosa cochambre, con ropa tirada en las sillas y calcetines en las lámparas.
Y hacía pis salpicando la tapa del inodoro y con la puerta del baño abierta mientras escuchaba música a toda pastilla. Y veía fútbol todo el fin de semana en vez de QMD, norias y demás cochinadas sin que nadie le palpara las pelotas.

FIN

Joer, que se me saltan las lágrimas.


12/4/11

MULTAS, IMPUESTOS Y VICEVERSA

El secretario general de la Unión de Guardias Civiles ha sacado a pasear los monos del circo de Rubalcaba y nos apunta que la limitación de 110 kilómetros por hora es una "tomadura de pelo", que la medida tiene como único objetivo aumentar la recaudación por multas de tráfico.
"Se trata de recaudar, y punto", ha afirmado sin paliativos.
Además ha denunciado las presiones que están recibiendo los agentes de tráfico para que aumenten el número de denuncias, amenazando a los que no lo hagan con una rebaja mensual de 200 euros. De hecho, este portavoz  ha presentado un documento oficial mediante el cual se advierte a los agentes que perderán ese complemento si no cumplen los objetivos de denuncia.
Y mientras, los muchos gilipollas que hay diseminados por la geografía patria se deshacen en elogios.
Bananero.
Esta medida es equivalente a las que calladamente están llevando a cabo los Ayuntamientos en connivencia con las Diputaciones. Presumen de no subir los impuestos mientras te meten la mano en el bolsillo con otras fórmulas ruines y que se pasan por el forro las garantías jurídicas de los ciudadanos.
La realidad es que ni Ayuntamientos ni Diputaciones tienen ingresos para pagar los sueldos de los compañeros, amigos, queridos, cuñados y primos lejanos que han ido colocando digitalmente de forma masiva. La provincia de Cádiz y la ciudad de Jerez no se escapan de esta extendida práctica, más aún cuando en el feudo del señor Cabañas no se conoce la alternancia y habrá infinitas mugres bajo las alfombras.
¿La solución?, similar a la prescrita por el preclaro señor Rubalcaba, o sea masacrar al ciudadano a base de multas. Pero claro, no es lo mismo pasar mil euros de multa a uno de los 31.000 parados de eterna duración que a un diezmilheurista, o a un político, o a un alto cargo analfabestia de libre designación. ¿Socialistas? Y un carajo.
Y digo yo que, si es legítimo multar con 200 euros a un parado que no huele un céntimo porque se ha demorado cinco minutos en la zona azul, cuánto habría que imponer al señor ZP por sus tardanzas torpes, o a todos esos monigotes y monigotas que primero negaron nuestra enfermedad, luego se retrasaron en el diagnóstico y, finalmente,  la trataron equivocadamente dejando tras sí varios millones de cadáveres.
Seguramente, todos ellos serán castigados con un título de Marqués o un puesto de asesor económico en Bruselas.

LA CIUDAD DE LOS NIÑOS

El Ayuntamiento de Jerez está enfrascado en la construcción de la Ciudad de los Niños. Se trata de crear un espacio con vocación infantil dotado de parques, zonas verdes y recreativas, merenderos,… más todo lo que la creatividad municipal estime oportuno. Un recreo para los niños y un desahogo para los padres. Sólo queda que, una vez inaugurado, sean capaces de mantenerlo medianamente operativo; que esa es otra.
Pues bien, al respecto, leo lo siguiente en los comentarios al respecto del Diario La Voz; textualmente:
“Recuerdo que esta idea fue propuesta en los mismos términos por el escritor Carlos Jurado en una tertulia de la cadena SER hace ya un puñado de años en la que participaban cercanos a la Alcaldesa”.
No es difícil averiguar qué cercanos a la Alcaldesa estaban presentes porque ya por aquellas calendas había cuatro.
Y es cierto que lo propuse. Lo recuerdo y, además, conservo los apuntes correspondientes a ese día, como suelo hacer para evitar tergiversaciones.
Comenté que, en algunas poblaciones y no necesariamente españolas, se estaban creando exitosamente esos parques periféricos con todo lo necesario para el ocio infantil y para el resuello de los padres. También apunté que, con imaginación, se podrían minimizarse los costes; e incluso sugerí una denominación “La Ciudad de los Niños”.
Este copiado de ideas parece ser habitual, con o sin asesores, lo que denota un enorme vacío de ideas e imaginación. Lo cual en política es harto preocupante.
Y hablo de copiado o de premoniciones porque también sugerí hace años que se iniciaran gestiones para que el flamenco fuera declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; o alerté hace la friolera de 20 años acerca de los graves peligros de la burbuja inmobiliaria; o presagié rotundamente la inviabilidad del ERTE jerezano; o declaré que la gestión de una RPT por el Ayuntamiento no era otra cosa que una maniobra cosmética que, al final, se quedaría en nada, como así ha ocurrido; o adiviné el futuro del “plan de inmovilidad” diseñado por la Corporación apenas llegada; y así un millar de plasmaciones de la lógica cuya veracidad es demostrable.
Creo que me he bien ganado el grado de “asesor de la humanidad” o, si no y al menos, un hueco televisivo similar al de la bruja Lola.

7/3/11

EL PIPA

Si bien de flamenco entiendo lo justito, el espectáculo de El Pipa en el Teatro Villamarta me emocionó más de la cuenta. Musicalmente puede no contentar a los más ortodoxos pero sí a los que entendemos el flamenco como un arte abierto, como un sello interpretativo, como el ofrecimiento a cualquier melodía o danza del abrazo del desgarro y el compás. Esa fue, repito, la sensación y emoción que sentí desde mi más absoluta pero sensible ignorancia.
Aunque también experimenté percepciones al margen de lo artístico con sus correspondientes conclusiones.
El Teatro Villamarta estaba abarrotado de extranjeros embelesados, de todas las nacionalidades, atentos a no perder ni el más mínimo detalle, como si estuvieran viviendo momentos irrepetibles. Era gente que, atendiendo la llamada de nuestro festival, había llegado desde todos los rincones del mundo, espectadores arrastrados por gozar del flamenco en su Parnaso, en la misma cuna de un sentimiento artístico que ya es universal y cuyo techo es incalculable.
¿Es ésta la puerta que necesita Jerez para mostrarse al mundo y exportar nuestra verdadera esencia cultural?
Pienso que Jerez, a una, está obligada a luchar por la capitalidad mundial del flamenco, de una manera tajante y decidida, sin improvisaciones ni ocurrencias, al margen del puntual beneficio político. Se trata más bien de orquestar un plan que conduzca inexorablemente a ese protagonismo legítimo. Creo que estamos ante una oportunidad histórica de obtener esa llave mágica, ese anzuelo milagroso, para vender nuestra tierra, nuestra singularidad, nuestros vinos, nuestras costumbres, nuestra sonrisa, nuestra feria, nuestro paisaje, y asentar de una vez por todas unos pilares congruentes, auténticos y duraderos para nuestro futuro, sin otras perspectivas implantadas o inventos que sólo sirven para originar fragores momentáneos.

23 F

Yo viví el 23 de febrero de 1981 de una forma algo distinta al resto de los españoles.
Por entonces estudiaba la carrera de derecho en Granada y, siendo mi padre un alto mando militar, vivía en el interior de una base aérea.
No eran las ocho de la mañana cuando mi padre se marchó en circunstancias un tanto extrañas. Él solía acercarse a la base en su propio coche, no obstante nuestra casa distaba poco de su despacho y, además, no era amigo de los boatos y prerrogativas de su mando, pero ese día le recogió un coche militar con dos escoltas armados hasta los dientes. También hubo cambios en su indumentaria. Sustituyó el uniforme normal por el de campaña, pistola incluida, y llevaba un gesto torcido por la preocupación.
Mi abuela, para más señas la madre del escritor Caballero Bonald, al verle partir de esa guisa me dijo: “Aquí pasa algo”. Pero por más que escuché la radio no anunciaba nada fuera de lo común salvo noticias sobre una España crispada y bastante defraudada con la dirección democrática.
Y siguieron a lo largo del día los fenómenos extraños. Se triplicaron los soldados de guardia y las patrullas que rondaban mi casa, se restringió el acceso a la base, no pudimos hablar por teléfono con el exterior por una presunta avería y mi padre permanecía en paradero desconocido. Entretanto, mi abuela repetía por los rincones: “Aquí pasa algo”.
Y pasó.
He de reconocer que mi padre era por entonces un militar descontento, fundamentalmente porque sus quijotescos principios estaban siendo sustituidos por el medraje y el deshonor, dentro y fuera del ámbito militar, un asunto que ahora se ha instaurado como una forma de vida. Sin embargo, en congruencia con esos mismos parámetros éticos, siempre manifestó que jamás desacataría las órdenes de su más alto superior, Su Majestad el Rey. Aquella no era una postura cómoda; si triunfaba el golpe sería tachado de traidor y, si no, de sospechoso en la caza de brujas que se originó posteriormente y que, por conveniencia política, manchó la reputación de todo un ejército.
Fueron unos momentos largos y temerosos.
Pero sí me supo extraño, una sensación de la infinita fragilidad y vulnerabilidad del sistema, que nueve horas antes del Tejerazo, mi abuela y yo supiéramos más sobre el futuro de España que todo un país y todo un Congreso de los Diputados.

22/2/11

ELECCIONES

Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y, en un suspiro, llegarán las andaluzas y las nacionales. Demasiadas elecciones. Es el momento pues de las inauguraciones, de las iniciativas espasmódicas, de los codazos para figurar en las listas, de las miradas plenas de estrabismo con lo propio y lo ajeno, de la “gran fiesta” de la democracia rebajada a una bacanal en la que se truecan promesas por decepciones. Los peatones, en definitiva, entregaremos nuestro voto para que una “casta” haga lo que le salga de las bajuras.
Los más próximos a los entresijos de la política andan preocupados respecto a los nombres de quienes integrarán las listas o respecto el contenido de los distintos programas electorales. A mí, poco o nada me importan esos pormenores.
Las listas sólo deberían desvelar a los partidos, a intereses que poco o nada tienen que ver con las preocupaciones de los ciudadanos. Se trata, a mi juicio, más que de otra cosa, de una previsión interna de cómo se producirá el reparto de sillones, sillas y taburetes, como un botín de guerra, o en su caso, de quienes recibirán el grueso de las tandas de latigazos. Por eso están los que se apuntan y los que se borran. Pero mientras, a los de a pie, nos debiera interesar únicamente los nombres de quienes encabezan las candidaturas porque los restantes son meros acompañantes o, también, a menudo, comparsas y palmeros.
¿O alguien recuerda quien fue el número dos de ZP o Rajoy en las últimas elecciones?
¿O quienes lo fueron de Sánchez o Pelayo en las últimas municipales?
¿O en qué paradero está buena parte de las listas socialistas en ambas?
Sólo perduran las cabezas mientras los miembros -y miembras- están minuciosamente descuartizados y depositados en poltronas ornamentales pero bien remuneradas.
Además, es curioso pero en España siempre votamos para quitar a uno pero nunca para poner a otro. Nos hemos acostumbrado a castigar y no a premiar, quizás porque hay es muy poco lo que merece premio. Es triste lo que ha encogido la democracia, hasta quedarse en los huesos.
Este argumento explica suficientemente la paradoja de por qué Rajoy es menos valorado que ZP en las encuestas más o menos serias y sin embargo le aventaja en más de diez puntos en intención de voto. Aunque tampoco se fíen demasiado de las encuestas porque en muchos casos son propuestas para la manipulación de borregos y, cuando no, es como preguntar a tus hijos quienes son los mejores padres del mundo; excepción hecha de los hijos de puta, que tampoco son pocos.
Respecto a los programas electorales ocurre tres cuartos de lo mismo. Las elecciones no están concebidas para engullir promesas de Disney, o para aceptar un enema de engaños sobre engaños y mentiras sobre mentiras. Sería recomendable e higiénico no mirar hacia adelante sino hacia atrás y así evaluar el grado de cumplimiento de las promesas pasadas.
Un insigne constitucionalista, socialista para más señas, en el transcurso de una conferencia universitaria, dijo que si los programas electorales fueran guías de gobierno y no libros de cuentos, los votos serían exámenes y no maniobras de ingenuo. Casi nada.

17/2/11

ECONOMÍA SUMERGIDA

Es tan indudable que existe la economía sumergida como que estamos en crisis. Y existe, entre otras cosas, porque el hambre o la necesidad de la gente son asuntos no negociables. No está el patio para decir que no a un pequeño suplemento dinerario o a jugar con el pan de tus hijos por salvaguardar ciertos principios morales ya en desuso.
Pero la respuesta a esta ominosa actitud no se ha hecho esperar, como si los pequeños chapuceros fueran asesinos o violadores o fumadores.
En vez de perseguir los paraísos fiscales donde colocan sus duros esos opíparos pudientes que son corresponsables o necrófagos de la crisis, en vez de auditar los organismos públicos para sacar los colores a la inmensa mayoría de nuestras instituciones y vestir con rayas a bastantes políticos, en vez de limpiar la roña bajo las lujosas alfombras de la banca y vigilar el vampirismo indecente de las multinacionales, en vez de someter a un test de mínimos a nuestra clase gobernante, en vez de investigar porqué un inútil pariente de alguien puede ganar un potosí por no hacer nada, parece ser que la Hacienda Pública ha recibido instrucciones para detectar y desbaratar la economía sumergida de baja intensidad.
De modo que ya saben. No es fraude esconder millones en Suiza, ni disponer al antojo del dinero público, ni ganar carros y carretas por enchufe o por compañerismo, ni obtener dinero fácil con la compra de bonos basura jugando con los ahorros de la gente, ni perseguir a los buitres e hienas que rondan nuestros casi cadáveres, sólo es fraude cobrar 300 euros de paro y hacer, al mismo tiempo, chapuzas bajo cuerda en la casa del vecino.
Si esto es una forma de delincuencia, yo me declaro públicamente un potencial delincuente.

EL PEOR DÍA DEL AÑO

Proclama un investigador británico que, según sus estudios, los días 24 de enero son los peores del año. Como puede comprenderse no se trata de una afirmación general, universalmente válida, sino que debe encasillarse dentro de la pura estadística. Con esto quiero decir que, en definitiva, este estudio como otros tienen el mismo valor aplicativo que un periódico atrasado.
Yo he querido emularle en el intento y he desarrollado un estudio en el mismo sentido pero en el ámbito de Jerez de la Frontera. Reconozco que no he utilizado sofisticaciones científicas, ni he hecho encuestas, ni he cotejado los datos, ni he estudiado variables, ni nada de nada; sino que me he trasladado al atestado bar de la esquina, he pedido un fino y he aplicado el oído.
El resultado ha sido un estudio muy de andar por casa pero, sin lugar a dudas, mucho más verídico que el inglés.
Mis indagaciones personales de guatiné dicen que de un tiempo a esta parte en Jerez, como en España y Andalucía, tenemos 365 días peores al año. Por otra parte descubro que llevamos la cruz escondida tras la sonrisa de las festividades, que mantendremos esa sorprendente tolerancia mientras no nos toquen ferias, romerías, carnavales, Semanas Santas, Navidades y veranos. Casando ambos descubrimientos concluyo que pasamos la vida narcotizados de incienso o vino ya que, de no ser así, estaríamos cascando huevos.

PAPÁ CHAVES

Cada vez que digo que he dejado de creer en los políticos, entre otras muchas cosas por prostituir la democracia, no me refiero a todos, ni siquiera a muchos, pero sí a bastantes. Y esa actitud desahogada o desvergonzada o arbitraria o sectaria afecta desde el más alto representante de la formación hasta el que limpia los polvos de la sede -los atmosféricos, se entiende-.
He leído con mucho detenimiento, para que nadie pueda cazarme, la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Andalucía que obliga a la Junta a investigar un incentivo de más de diez millones de euros, que se dice pronto, a una empresa cuya apoderada, casualmente, es la hija del ex presidente Chaves. Y es que el señor Griñán, en su momento, haciendo uso del principio de imparcialidad, decidió que este hecho no debía ser investigado. Al fin y al cabo casi 1.700 millones de pesetas de dinero público es una minucia.
Pues bien, de la lectura de la sentencia se derivan muchos aspectos altamente pestilentes. Pondré algún ejemplo.
Primero, la señora Paula Chaves, hija del ex presidente, intervino en el expediente sólo antes y después de la firma pero no durante. Esa presencia ausente sólo es explicable como artimaña para que no quedara constancia oficial de su intervención y papá Chaves no fuera salpicado. Como segunda muestra maloliente, esos incentivos -concretamente señalados para la minería- no existían entonces y fueron creados con sospechosa urgencia poco antes de su concesión endogámica. O tercero, que más que olor es palomino, se aumentó de manera inmotivada la cuantía del incentivo de 6 a 10 millones de euros, como una propina. O cuarto, por si fuera poco, después de ponerlo a huevo, la empresa de la hijísima incumplió flagrantemente muchos requisitos indispensables en la solicitud.
En todo caso, si tras la investigación que solicita el alto Tribunal andaluz se demuestra lo que parece, existe una triple responsabilidad del huido señor Chaves. Responsabilidad política, en cuanto a hacer las maletas y ser retirado a algún alto puesto muy bien remunerado del cementerio de los elefantes amordazados. Responsabilidad disciplinaria, en cuanto se saltó a la torera una incompatibilidad manifiesta. Pero también una responsabilidad penal que se obvia sospechosamente porque, por la mitad de eso, cualquier españolito de infantería pasaría en “chirona” buena parte de su vida.
Y ahora a ver quién es el guapo que pueda reprocharme mi terca desconfianza hacia los políticos.

22/1/11

¡QUIEN SI NO!

Pilar Sánchez ríe abiertamente
la ocurrencia de Pacheco 
El retorno de Pedro Pacheco, ex alcalde y casi virrey de Jerez de la Frontera, ha sido una noticia que ha sorprendido a muy pocos. Pero menos aún a los que hablamos con alguna frecuencia con personajes que se mueven en su entorno inmediato.
Y además me parece una noticia prometedora, un evento que alegrará el panorama político local a medio plazo. El guirigay derivado del regreso de don Pedro al tablao político está asegurado, habrá casi fuegos artificiales, encontronazos, intercambios de golpes bajos y muchas amenazas de “tú y pues anda que tú”, un panorama aún más prometedor cuando los alcaldables sostienen una riña perenne de gatos. No tardarán en saltar las primeras chispas.
El regreso de Pacheco estaba cantado, aparte de chivateos, porque todos conocemos la envoltura mesiánica del señor Pacheco, el omnipotente y mal ponderado salvador de las masas. La coyuntura se presta muy mucho a que descienda de los cielos con sus alas blancas y nos ofrezca a los jerezanos sus brazos abiertos y reconfortantes.
La declaración pública de sus intenciones de reencarnación se ha hecho esperar. Estoy convencido de que estaba sujeta a un simple proceso de cálculo; sondeos, pesquisas o simplemente intuiciones acerca de sus posibilidades electorales. Y no se trataba de hacer cábalas acerca de su presencia a secas sino de cotejar el umbral de influencia en el futuro político de la ciudad e incluso de la provincia. Para entendernos, quería saber si los augurios le reportaban protagonismo e influencia, ya sea directos o a través del mercadeo de apoyos.
Sinceramente, no imagino al señor Pacheco lanzándose sin paracaídas o haciendo de hombre florero.
No obstante, me da que hay algo más. Alguien, también muy cercano al alcaldable, me dijo que volvía por dos razones: por cálculos y por venganza.
En cualquier caso, para quienes ya empiezan a cacarear, no podemos olvidar que el señor Pacheco ha visto un hueco y ese proviene de los deméritos.

PROHIBIDO PROHIBIR

Me enseñaron en tiempos de facultad que, en democracia y libertad, el buen político debe intervenir lo justo en la vida de los ciudadanos. O sea, hacer un esfuerzo de prudencia, renunciar a cierta cuota de pantalla y dejar al personal vivir en paz, con su familia, su hipoteca y sus cosas, hasta que pocos sepan cómo se llaman, si están o si se les espera.
Los políticos actuales, amén de meternos al menor descuido la mano en el bolsillo, amén de remitirnos minuciosamente a las colas del paro con una retahíla de punibles torpezas, amén de sonrojarnos en el mundo con el “Gran Necio” de abanderado, no sólo nos impiden vivir en paz sino que hacen exactamente lo contrario. Y quizás es así porque, como la pencan con las grandes decisiones, distraen al personal con actos políticos de jamelgos únicamente encomendados al palpamiento de los gemelos.
El resultado de este exceso regulativo de las memeces más domésticas es que nos tienen casi perseguidos.
Y empiezo por la esclavitud económica, la más salvaje, esa relación directa entre la felicidad y el monedero, asunto este del que tanto denostaban los socialistas antes de descubrir los encantos del buen sueldo.
Pero veamos algunos asuntos de menos enjundia pero no triviales.
Si tienes el antojo de almorzar en una venta, costumbre muy jerezana, debes cuidarte de tomar una sola copa de vino para conservar vírgenes los puntos del carné.
Los hijos de los ciudadanos deben estudiar dónde y cómo ellos dictaminen sin que sea posible elegir (libertad) según convicciones, conveniencias o simplemente antojos. En cambio los suyos no, ustedes ya me entienden.
Hay que tener cuidado donde aparcas porque, al menor descuido, aparece un señor o señora con porte de capitán general y te casca una multa equivalente a la ayuda de ZP. ¡Bendita proporcionalidad!, un despiste a cambio de un sueldo. Se entiende… al precio que está un café.
Y ahora nos llega el primer regalo del año 2011 que, espero fervientemente, sea de despedida: no fumes el tabaco que ellos te venden, que buena bolsa se llevan por cada calada. Y eso que hace escasos años, ellos mismos, vociferaban por legalizar el porro. Pero además nos uniforman de policías y la señorita Pajín, hurgando en la herida y haciendo los honores a su ensoñador apellido, nos exhorta a que denunciemos los unos a los otros, a encabronarnos más de lo que estamos. Todo un ruidoso montaje que quizás pretende legitimar un cargo que le arrastra y sus muchos opíparos sueldos.
Lo cierto es que jamás en mis 50 años de vida me he sentido menos libre, ni más acosado, ni más vigilado, ni más temeroso. Siento mil ojos clavados en el cogote y un recaudador avariento tras cada esquina esperando un desliz para desvalijarme. Y es mal asunto cuando lo único que merece la pena en esta democracia de pacotilla es la libertad.
Todas estas coacciones casi policiales, ese ánimo de reglamentar y cohibir nuestras vidas, las mangas anchas a los bancos y el esquilmado de los contribuyentes, el paternalismo reverencial con las grandes empresas y el aprieto de los ciudadanos, lo llegan a hacer otros y serían unos fascistas.

21/1/11

LA VOZ DE MIS HIJAS

Como presuntamente estamos en las vacaciones navideñas, he pedido a mis dos hijas –siete y nueve años- que me orienten en este escrito. Lógicamente, a tenor de las fechas en las que estamos, me han presentado una especie de carta a los Reyes Magos, pero sin Reyes Magos. No obstante, resulta interesante e incluso modélico conocer cuáles son las aspiraciones e inquietudes de un niño respecto a su ciudad.
Me dicen ambas que les gusta Jerez, sobre todo el Alcázar y la Cámara Oscura, pero que la ciudad está llena de ruinas por todos los rincones y bodegas vacías, que sólo queda un tenue aroma envinado circulando por las calles. Por otra parte se quejan, porque no entienden los salvajes límites del capitalismo, de que haya gente durmiendo en los cajeros cuando el centro está repleto de casas abandonadas y derrumbadas.
Tampoco comprenden a quienes pintarrajean bancos y paredes con sus grafitis en una suerte de arte destructivo que contamina visualmente las ciudades. Me apuntan al respecto, y resulta aleccionador, que una buena solución sería que se castigara a quienes lo hacen borrando luego sus mamarrachos pictóricos. En el mismo sentido se manifiestan respecto a quienes arrojan papeles y basuras por el suelo, o a los amos de los perros que dejan las calles adornadas de boñigas que luego son pisadas y paseadas por todo el acerado.
Entre otros muchos apuntes de asuntos inocentemente racionales, me manifiestan que están especialmente sensibilizadas con la marcha de Buba, la elefanta del Tempul alias zoo botánico. Dicen, textualmente, “nos parece bien que se vaya para que pueda tener hijos y familia siempre que, mientras tanto, le hagan una casa en condiciones y que vuelva”. Un desprendimiento de la testarudez infantil ya en desuso incluso en los mayores.
La verdadera conclusión de esta conversación con mis hijas es que creo que deberíamos oír, y también escuchar, más a menudo las opiniones de la calle y, cómo no, la voz de los pequeños jerezanos.