Ha llegado la hora de las
patatas calientes, de la valentía.
Llevamos muchos años
asistiendo a un baile de cobardes, la danza de los amagos, pretextar y no hacer, y la actual
corporación jerezana no puede permitirse el lujo de dilatar ni un segundo más las decisiones; entre otras
cosas porque si se pagan los caprichos no queda dinero para lo fundamental. Jerez, por ejemplo, no puede permitirse la televisión local más cara de España, ni la presencia de un puñado de
amiguetes amables con los anteriores alcaldes, ni un director blindado y a cuerpo de rey que, Dios a sabe a cambio de qué finiquito, ya ha sido desfenestrado.
Por lo demás, hay dos instrumentos básicos
y urgentes para empezar a andar; una auditoría seria y sin tachones y una
relación de puestos de trabajo que defina los recursos humanos necesarios, ni
uno más, para el buen funcionamiento de nuestro Ayuntamiento. En definitiva, todo lo que es razonable en una empresa, en una familia,...
Lo primero, la auditoría, y que espero se realice igualmente en la Diputación tras treinta y dos años de sospechosa opacidad, no debiera ser políticamente correcta, como se barrunta, sino a saco. Los jerezanos y los gaditanos tienen derecho a saber cómo se han hecho las cosas y desenmascarar a los cortijeros de nuevo cuño que se han creído dueños de la cosa pública.
El momento supremo de la
valentía llegará luego, cuando con la RPT en la mano se aborde el tiempo de la
poda. Aquí tampoco debe temblar la mano. No puede haber derechos consolidados para
quienes ocuparon sus puestos por vía digital, por parentesco, por amistad o por
conveniencia, sin preparación ni méritos algunos. Hay muchos contratos fraudulentos y sobrepagados y la administración local se fundamenta en una estructura ineficaz, sobredimensionada e ilegítima. Los derechos prevalentes no los tienen quienes accedieron a la sopa boba con trampas sino los acreedores del Ayuntamiento, los contribuyentes, los que trabajan legítimamente para nosotros y los que ocupan las colas del
paro. Los unos, los tramposos, no pueden estar por encima de estos otros.
Por eso espero que, llegado el momento y con la RPT en la mano, quienes están ocupando esos puestos al
capricho de un dedo, a saber qué dedo, sean devueltos sin miramientos a la bolsa de los mortales.