Imagen cabecera

Imagen cabecera

9/5/08

PARITARIAS

La mayoría femenina en los gobiernos nacional y autonómico ha levantado una buena polvareda. Las reacciones han sido las previstas, unos muestran su reticencia con los nombramientos y otros los apoyan. Todo previsible, demasiado previsible. Incluso me da la malévola impresión de ser una polémica calculada, como una zanahoria en los hocicos de un pollino, con perdón, para provocar su arrancada.
Y me explico.
Parto de una premisa; que los ministros y consejeros debieran ser designados por su valía y no por el contenido de sus entrepiernas, sin cuotas ni puñetas, que me saben a reparto de botín.
Pero huelo a chamusquina. Chaves y Zapatero no sólo le han tomado el gusto a coincidir en las elecciones sino que, además, en ambos casos, han optado porque sean mujeres la mitad más uno de sus consejeros y ministros. Un gesto demasiado casual.
La zanahoria está servida y pronto han arrancado los más cándidos tras ella. Todos los que han mostrado su desacuerdo, con o sin argumentos convincentes, ya han sido hábilmente recluidos en el descrédito de los machistas e intolerantes. O sea, los malos. Incluso, de refilón, han impulsado algunos roces en el batallón enemigo. Y, por otra parte, quienes han apoyado los nombramientos, con criterios aún más sexistas, o sea, por el simple hecho de que sean más mujeres que hombres, sin ningún criterio de validez, han sido políticamente santificados. O sea, los buenos.
En eso, ni más ni menos, consiste esta reedición del truco de la zanahoria. Que valgan o no valgan para el cargo es otro cantar.

No hay comentarios: