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25/3/09

PALOMINO FINO

El Blog “Palomino Fino” es una iniciativa brillante, útil, esperanzadora, pero sobre todo diáfana. La pretensión de mi reciente pero buen amigo Paco Camas de construir un contrapeso no oficial al uso político del “lanzamiento de trastos” y hacerlo mediante una fórmula de diálogo sincero y tolerancia tan en desuso, ha sido bien acogido por los variopintos contertulios del “Rincón Malillo”, el fecundo gallinero de Radio Jerez. Pero es así. Siendo cada cual de su padre y de su madre, desigualmente venenosos, afiliados o no afiliados, procuramos demostrar que la razón suele frecuentar las afueras de los rígidos encasillamientos de los partidos.
Es muy apreciable, por tanto, venga de donde venga, cualquier esfuerzo por sumar en una España de restas y saldos. No podemos asistir impávidos, y menos resignarnos, a esta nueva guerra civil fría que se consolida, a las siglas que prohíben pensamientos fuera de sus decálogos, a gallos que dialogan escupiendo disimulos, a la bajeza irresponsable de quienes sólo pretenden adornarse de buenos para ganar asientos. Si democracia es libertad y diálogo, no vivimos en democracia. Si democracia es solidaridad y talante, habitamos en la mentira. Si democracia es representación, sobran máscaras y traidores de los más llanos.
Alguien dijo que la democracia nace virgen y va perdiéndose por el camino. La nuestra corre el riesgo de convertirse en una dictadura tapada, en designación más que en representación. Por eso es saludable que jerezanos distintos y diversos demos ejemplo de democracia al clan político haciendo foros no eunucos de diálogo, convirtiendo las altisonantes instancias en charlas distendidas de café, oyendo y escuchando sin negaciones anticipadas, porque es posible estar en lo cierto o en el error con independencia de credos hechos etiquetas. Hablemos pues, se lo debemos a la gente de buena fe. Aún quedan algunos.

19/3/09

El O.R.A. pro nobis

El ORA, para el que no lo sepa, quiere decir Ordenanza Reguladora del Aparcamiento. Lo aclaro porque hay graciosos que lo traducen como Ordenanza Recaudatoria Arbitraria.
A veces, o a menudo, los “guasas” llevan razón y, en términos reales, el ORA es una manera como otra cualquiera de meter la mano en el bolsillo del ciudadano mediante abusos legalizados.
Desgraciadamente no es el único intento. Vivimos en una forma de Estado que, poco a poco, se va transformando en una mezcla de régimen feudal y policial. Feudal, porque hay pagar tributos por lo que al señor feudal se le antoje o invente; policial, porque sentimos continuamente un aliento en el cogote; si fumas, si corres, si riñes a tus hijos, si aparcas,… La casta política está legitimada para machacar el césped pero, a nosotros, nos prohíben pisarlo.
En este régimen de libertades estéticas y recortadas, de palabras altisonantes y pocos hechos, pronto nos cobrarán un impuesto por respirar, o por andar por las aceras, y llevaremos al contratado de turno pegado a nuestras espaldas y tomando nota de nuestros suspiros o midiendo nuestros pasos. Al tiempo.
Y es así. Estamos incurriendo en un exceso reglamentario y legal de naturaleza innecesaria sólo por exprimir aún más al ciudadano, cuando es bien sabido que la verdadera libertad se consigue a base de mucha educación y pocas leyes. Aquí, al contrario.
A mí, y supongo que a todos los que ocupamos la acera de los paganos, me subleva ese afán recaudatorio salvaje de las administraciones, y más aún cuando vivimos en una atmósfera de hinchados sueldos a asesores que no asesoran, de comisiones a intermediarios mangantes y meritorios, de enchufes a amigotes y allegados inservibles o de administraciones y organismos inútiles que deben ser clausurados.
Los Parking son tres cuartas partes del ORA pero en manos privadas, primos segundos del impuesto revolucionario. Si vas en coche al centro de Jerez, o al hospital, o te viola uno o lo hace el otro. Porque además de sortear mil gorrillas que te perdonan la vida, nadie se salva de dejar seis euritos en concepto de aparcamiento. Cuando recuperas el coche, tienes la pesarosa sensación de haber sido atracado a punta de navaja y todo por el simple hecho de haber aparcado en un suelo o subsuelo que, además, es prorrateadamente nuestro.
El ORA es uno de esos muchos atracos consentidos. Cobran al ciudadano por utilizar una calle que es suya y cuyo mantenimiento ya ha pagado holgadamente con otros impuestos.

9/3/09

ESCUELAS PARA PADRES

Además de la crisis y del paraguas de la corrupción hay otros temas que preocupan, quizás no tan intensamente pero sí de una manera sostenida en el tiempo. Uno de ellos es el imperecedero asunto de la educación, la del colegio y la de fuera del colegio, la docente y la cívica, la cultura en general y la sabiduría para conocer que vivimos en sociedad.
Y no vamos por el buen camino.
Todos los eslabones educativos -administración, expertos, docentes, padres y alumnos-, paradójicamente al unísono, hacen lo imposible por esbozar una generación que, probablemente, llegue a ser la más inculta e incívica de las que se recuerdan. Algunos políticos se frotan las manos. ¿Catastrofista? Para nada. En todo caso los que me tachen de tal, seguramente, sean políticos astrales o culpables camuflados. Sin duda, los de a ras de tierra, los amueblados, estarán de acuerdo conmigo.
Verán.
Al sistema educativo lo único que le preocupa es salvar las cifras de fracaso escolar a base de indulgencias, mostrar una estética progresista a sabiendas de los retrocesos y cuidar la imagen seudoliberal penalizando las collejas.
A los expertos les ocupan otros temas vitales para la correcta educación de la muchachada como, por ejemplo, “los valores intrínsecos de la psicopedagogía en la colateralidad educacional y su pragmática en los escusados escolares”. O algo similar.
Por su parte, los profesores sólo piensan en solventar sus clases como corderos camino del matadero y demasiado tienen con procurar no salir desorejados tras la jornada lectiva. Y con razón, porque los que intentan ejercer de maestros y educadores son expedientados rápidamente o, en su defecto, agredidos.
Mientras, los alumnos van a su aire, coqueteando con los muchos derechos y rechazando las pocas obligaciones. Muchos de ellos están más ocupados del piercing y la cresta que de ser medianamente cultos y cívicos, o están abducidos por esa estética americana del culo al aire y la botellona bajo el brazo mientras pintan las paredes con “llanquis go jome” y beben cocacola.
¿Y los padres?
Ellos son, sin discusión, los grandes culpables del desaguisado y nadie les dedica jamás un renglón. Aquí no falla ese tópico “a tal padre, tal hijo”. Y me refiero y señalo a los que consienten a los hijos, a los que cesan en sus atribuciones, a los que se dejan pisotear, a los que ceden por comodidad, a los que se dedican a la germinación indiscriminada y no a la educación, a los que se enorgullecen de su “animalito”, a los que justifican las “animaladas”,… Los hay a patadas, tantos como energúmenos en las escuelas que, con los años, ya maduros, seguirán demandando la “sopa boba” y ya no habrá padres conseguidores. Entonces veremos.
Quizás caminamos por un camino equivocado y la gran solución al gran problema de la educación no esté en mejorar las escuelas de los hijos, que ni eso, ni en la nueva FEN, ni en otros onanismos, sino en instaurar escuelas para los padres.

3/3/09

PROCEDIMIENTOS "URGENTES"

No dudo de la honorabilidad de nadie; ni de Sánchez, ni de Pelayo, ni siquiera de Pacheco. Es más, me gustaría que la gestión de todos ellos fuera mirada con lupa para que luego, sin juicios paralelos, salieran vivos y coleando, resplandecientes y sacando pecho de la investigación.
También lamento la defunción definitiva de la presunción de inocencia, cuando una denuncia, o una sospecha insustancial, llevan implícita una pena mediática y de deshonor. El gran culpable de este óbito proviene de una crisis ética palpable; una sociedad educada en el valor del amarillismo y el cotilleo, una clase política acostumbrada a usar el rumor como arma política de desgaste y unos medios de comunicación que, rebasando su responsabilidad social, hipotecan veracidad a cambio de ventas.
Pero el tejado gestor español tiene grietas que permiten goteras. De momento, todos ponen “tiestos” para recoger el agua pero nadie “recauchuta” el tejado. Y ahí se produce el trasvase de políticos hacia las comisarías, muchos, a diario, de manera preocupante, para luego cambiar el traje de “Armani” por el uniforme a rayas.
Hay que desmontar sin discusión la rendija de la tentación. Para que no haya malas interpretaciones, debemos vigilar cercanamente esos procedimientos de urgencia, o los fondos reservados, o esas particiones de los importes de una obra para asignar al capricho, o la libre designación de los cargos que sirve para enchufar a los más o menos amigotes, todo ello dentro de una legalidad tramposa.
Pero hay una realidad mucho más grave. Todos esos recovecos legales no nacen de la nada sino que han sido fabricados intencionadamente por la casta política y servir de subterfugio para hacer legítimos los chanchullos. Por ahí se cuelan nuestros 100.000 cargos electos (que sobran dos “ceros”) para convertir la democracia en puro “dedo”, para colocar a los amigos, compromisos, compañeros y camaradas cesantes, para devolver favores pasados a los “ladrilleros” o, en general, para hacer del cargo un cortijo.
Estoy seguro de que todos los políticos jerezanos, y los andaluces, y los españoles también, honorables como son a carta cabal, apoyarán la reparación de nuestro “tejado” decididamente, sin reservas, de forma más rigurosa si cabe, mañana lo más tardar, para que así nadie pueda cuestionar jamás el buen nombre de estos abnegados y mal ponderados protagonistas de nuestro engendro social.