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3/3/09

PROCEDIMIENTOS "URGENTES"

No dudo de la honorabilidad de nadie; ni de Sánchez, ni de Pelayo, ni siquiera de Pacheco. Es más, me gustaría que la gestión de todos ellos fuera mirada con lupa para que luego, sin juicios paralelos, salieran vivos y coleando, resplandecientes y sacando pecho de la investigación.
También lamento la defunción definitiva de la presunción de inocencia, cuando una denuncia, o una sospecha insustancial, llevan implícita una pena mediática y de deshonor. El gran culpable de este óbito proviene de una crisis ética palpable; una sociedad educada en el valor del amarillismo y el cotilleo, una clase política acostumbrada a usar el rumor como arma política de desgaste y unos medios de comunicación que, rebasando su responsabilidad social, hipotecan veracidad a cambio de ventas.
Pero el tejado gestor español tiene grietas que permiten goteras. De momento, todos ponen “tiestos” para recoger el agua pero nadie “recauchuta” el tejado. Y ahí se produce el trasvase de políticos hacia las comisarías, muchos, a diario, de manera preocupante, para luego cambiar el traje de “Armani” por el uniforme a rayas.
Hay que desmontar sin discusión la rendija de la tentación. Para que no haya malas interpretaciones, debemos vigilar cercanamente esos procedimientos de urgencia, o los fondos reservados, o esas particiones de los importes de una obra para asignar al capricho, o la libre designación de los cargos que sirve para enchufar a los más o menos amigotes, todo ello dentro de una legalidad tramposa.
Pero hay una realidad mucho más grave. Todos esos recovecos legales no nacen de la nada sino que han sido fabricados intencionadamente por la casta política y servir de subterfugio para hacer legítimos los chanchullos. Por ahí se cuelan nuestros 100.000 cargos electos (que sobran dos “ceros”) para convertir la democracia en puro “dedo”, para colocar a los amigos, compromisos, compañeros y camaradas cesantes, para devolver favores pasados a los “ladrilleros” o, en general, para hacer del cargo un cortijo.
Estoy seguro de que todos los políticos jerezanos, y los andaluces, y los españoles también, honorables como son a carta cabal, apoyarán la reparación de nuestro “tejado” decididamente, sin reservas, de forma más rigurosa si cabe, mañana lo más tardar, para que así nadie pueda cuestionar jamás el buen nombre de estos abnegados y mal ponderados protagonistas de nuestro engendro social.

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