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21/12/10

FELICIDADES

Como estamos en fechas navideñas, intentaré cambiar el tono habitual de mi firma. Y no es que yo sea áspero de natural, en todo caso lo contrario, sino que la realidad no inspira demasiadas dulzuras.
Por eso quiero felicitar muy especialmente estas fiestas a cuatro millones de parados.
Y a todos aquellos que no cobran puntualmente para pagar sus recibos e hipotecas.
También a los que, cada vez más, ni siquiera cobran y apenas tienen esperanza de hacerlo.
Y a los pensionistas que, como premio a toda una vida de sacrificado servicio, cobran unas migajas de “come y calla”.
Y a los que no les tocará la lotería de Navidad.
Y, de forma especial, a todos aquellos que, pudientes o no, tienen la convicción de que el oficio más prometedor no es el de sinvergüenza.
Por otra parte, quiero felicitar a los empresarios que han sacrificado parte de sus beneficios para no despedir a sus empleados.
Y a todos aquellos políticos o sucedáneos que cobran menos de 2.000 euros mensuales.
Y también a aquellos dirigentes que anteponen los intereses de la gente a los suyos propios.
Y a los partidos políticos, sindicatos y escritores que no pertenecen a la asociación “Burgueses de Presuntas Izquierdas Bien Remunerados”.
Según estos criterios, que cada cual asuma en su justa medida mis felicidades.

"PUENTE AÉREO"

El pasado puente de la Constitución será recordado por muchos como el “puente aéreo”. Sobre todo por aquellos que estaban dispuestos a sufragar los sinsabores de la crisis con unos días de asueto en atmósferas más limpias.
Respecto a la gestión de la crisis impuesta por esa “casta privilegiada” llamada controladores, hay una de cal y otra de arena.
Porque Pepiño ha sido muy torpe o muy chulo al elegir la fecha del decreto. Conociéndole, me suena más a chulería. No obstante, la bravuconería del señor Blanco la han pagado los muchos que han visto dilapidadas sus minivacaciones en las salas de un aeropuerto o los depauperados hoteles que, de llenos, pasaron el puente vacíos. No obstante, convendría recordar al ciudadano que el origen del conflicto, los desorbitados privilegios de los controladores, no son otros que los negociados y rubricados por nuestra querida y muy socialista de Armani Maleni Alvarez, hoy por fortuna políticamente Requiem In Pace. Que se sepa.
Por otra parte, hecha constancia de la inoportunidad del momento, Pepiño ha tenido la valentía de atajar de una vez por todas la retahíla de privilegios de los controladores aéreos. Esos caballeros reciben un potosí por desarrollar una actividad más bien simple, de mucha responsabilidad pero que puede bloquear el mundo con un movimiento de meñique. Por ello no cabía otra medida que sortear su derecho de abuso decretando el Estado de Alarma.
Pero no debe parar ahí el señor Blanco en su “Santa Cruzada contra los excesos”. E buena lógica, ahora procede desmontar también los privilegios inaceptables de la clase política, empezando por hacer regresar a sus propios hijos de unas carísimas Schools inglesas para que estudien como todo quisque en las ejemplares escuelas públicas españolas.

EL PRINCIPIO DEL FIN

Asistimos al principio del fin del virreinato socialista, un final iniciado en Cataluña y que seguramente recorra Madrid, Sevilla para acabar a orillas de Jerez de la Frontera. No es una certeza, porque todo puede ocurrir, pero sí una firme sospecha. Falta por determinar la intensidad de los reveses.
Dicen que los cambios políticos, incluso los de mayor calado, no se producen por los méritos acumulados de los entrantes sino por las torpezas y desmanes de los salientes. En este caso, siendo válida esta máxima, se ha tratado más bien de un proceso de minuciosa dilapidación. Jamás, desde que me abarca la memoria, he visto a una formación política malgastar tantas cosas; una herencia de bonanza, la gobernabilidad de sus mayorías y, sobre todo, la ilusión de tanta gente.
Con la semilla catalana, todo parece indicar que se ha iniciado "el recambio". Puedo estar de acuerdo en que la crisis internacional -esa que atinadamente el Gurú Abadía entiende no económica sino de decencia- ha sembrado de piedras el camino de la gestión socialista. Pero además ellos, como los malos médicos, han diagnosticado mal y tarde y, para colmo, han prescrito tratamientos inadecuados. Yo esperaba de ellos, como gente de presuntas izquierdas, que hubieran peleado porque los mercados no estuvieran por encima de los gobiernos, o que hubieran perseguido y castigado a los golfos que han provocado esta debacle. Eso esperaba al menos de la conjunción astral (Obama y ZP).
Lejos de ello, la crisis internacional no ha sido el problema sino el pretexto, el baúl donde se ha ido ocultando la retahíla de torpezas.
Y no es una crítica de matices o de asuntos opinables, sino fundamentada en evidencias. Desde mi punto de vista, han sido cuatro los grandes errores que conducen al paulatino desahucio de los Gobiernos Socialistas, faltas que además han sido casualmente comunes desde Madrid a Jerez.
El primero, ya referido, ha sido la inaceptable renuncia al apellido “socialista” permitiendo que los más débiles paguen los excesos de los poderosos. Han puesto en valor (una frase muy suya) algo extremadamente peligroso: que los mercados, los dueños del dinero, mandan más que los Gobiernos. No es un asunto venial, no obstante defrauda la democracia para convertirla en una dictadura solapada.
El segundo error de los Gobiernos presuntamente socialistas, de Madrid a Jerez, ha sido depositar las responsabilidades en políticos sin pajolera de gestión, decidores, charlatanes y parlanchines que embaucan pero no saben; eso es tanto como decir que la gobernación importa un bledo y lo vital es la perpetuación (las elecciones).
El tercer gran error ha sido convertir la administración pública en toda su amplitud en una enorme "agencia de empleo y gratificaciones" para los partidos. Y como eran muchos, han ido engordándola hasta convertirla en un monstruo descontrolado en el que caben correligionarios ineptos, silencios comprados, elefantes moribundos, además de amigos y familiares. Y ese monstruo, en la actualidad, está circulando a espaldas de la gente y ajeno a las realidades.
Y el cuarto gran error, el más doméstico pero no el menos sangrante, ha sido la "soberbia". Poco a poco, los dirigentes se han ido elevando del suelo de las calles y se han constituido en una "beautiful people", una "burguesía de presuntas izquierdas bien remunerada". La mutación ha sido tal que ya ni se conocen entre ellos.
Alguien, hace poco, me dijo con amargura que sólo han cambiado los dueños del cortijo porque, cómo los otros, sólo les preocupa el reparto de las cosechas.

TDT

No hay español vivo que no conozca las siglas TDT, las que definen ese invento que nos permite ver más canales y con más calidad en nuestras casas. Hasta ahí perfecto. Pero muchos españoles se apresuraron a comprar su aparatejo o su pantalla plana para aprovechar esas ventajas y resulta que, ahora, no sirven. Nadie les informó al respecto. Al contrario que en toda Europa, los fabricantes y comerciantes españoles no tenían la obligación legal de informar a los consumidores. Es decir, hay quienes compraron su aparato por un potosí para que pronto quede obsoleto o vaya a parar al cubo de la basura.
Otro asunto peliagudo es el apagón analógico. Para entendernos, dejaron de emitir como siempre y nos obligaron a comprar sintonizadores nuevos; los famosos TDTs. Mientras en Europa están agotando hasta el final los plazos del apagón, aquí lo hicimos a la ligera. Queríamos ser los primeros en algo, además del déficit y el paro.
¿Y qué ha pasado?
Nuestro Ministerio de Industria, por rapidillo, la ha diñado y tendrá que reasignar las frecuencias. Esto, para entendernos, se traduce en que los millones de hogares que hicieron modificaciones en las antenas para ver la nueva televisión lo tendrán que hacer de nuevo. Y para que lo sepan ese error sin dimisiones y hábilmente silenciado –apenas una escueta nota escasamente difundida por los medios- costará a cada hogar entre 150 y 300 euros. Con la que está cayendo.
De modo que, si llega a su conocimiento este suceso, sería responsable y deseable que lo propagara para que los aún no desengañados comprobaran la tamaña inutilidad de los que nos gobiernan.

EL PORTAL DE BELÉN

El futuro de España

2/12/10

ADIOS PAUL

Casi por casualidad, ha llegado a mis oídos cómo se produjo verdaderamente la muerte del pulpo Paul, ese cefalópodo que adivinó nuestra triunfal trayectoria en el Mundial de Sudáfrica. No obstante, alguien me ha dicho que era hijo de un pulpo emigrante español, lo que puede justificar sus preferencias.
Me cuentan que un viajero español, jerezano para más señas y no exento de cierta mala leche, decidió visitarle en el See Life de la localidad de Obenhausen, que más parece el nombre de un sofá de Ikea.
Pues bien, ese viajero se plantó frente al acuario y preguntó discretamente:
-¿Cómo ve el futuro de España, aparte del fútbol?
Paul buscó alguna cajita que señalar y, como no la encontró, movió uno de sus tentáculos y apretó con firmeza sobre su cuello.
El jerezano, sospechando de la mucha sabiduría de Paul, matizó la pregunta:
-¿Y cómo ve el futuro de Andalucía?
El pulpo pareció meditar, agitó los brazos como un vuelo de manos por sevillanas, e insistió con otro de sus tentáculos aprisionando su cuello. El pulpo Paul se tambaleó un tanto y bizqueó la mirada.
El jerezano ahondó en la cuestión mientras asomaba en sus ojos un brillo diabólico:
-¿Y cómo ve el futuro de Jerez de la Frontera?
El pulpo alargó esta vez dos tentáculos y los fue girando lentamente hasta minimizar su cuello. Finalmente miró el infinito con los ojos desorbitados por la asfixia y cayó como un pañuelo sobre el pedregoso fondo del acuario. Para acabar, convulsionó un poco y se quedó absolutamente rígido… y PARADO.
Como Jerez.

EL ADIVINO

En un barucho de la jerezana calle Porvenir, no digo cual, me he tropezado con un personaje reseñable. Redondo y colorado, el buen señor desayuna, lee el periódico y habla; todo a la vez. Y la verdad es que sus comentarios no son nada descabellados.
El primer síntoma de actividad del Gobierno Socialista desde la llegada de la crisis se ha producido ahora. La remodelación ministerial, tras obtener una prórroga de gobernabilidad con la aprobación de sus presupuestos, no está enfocada a la gestión sino a la preparación de la contienda electoral.
Esa noticia es fuente de los comentarios de este personaje. Y comenta… “han sacado la artillería pesada, para que no se los coman”.
Se refiere sin duda al posicionamiento de Rubalcaba del que dice… “Perro viejo y de colmillo retorcido. Le das un enano y monta un circo”.
Después añade… “Tome nota y verá lo que va a pasar de aquí a las elecciones, que yo soy adivino”.
-“Verá como ETA, casualmente, anuncia que deja las armas poco antes de las elecciones. También verá cómo airea el “wiki de las narices” algunos asuntos que ensucien a los otros. Y cómo se inicia la recuperación económica y del empleo; sobre todo en cifras, no en hechos. Y verá también cómo aparecen algunos escándalos de corrupción que salpiquen al PP para que las ramas tapen el bosque”.
Me advierte que él es socialista, que siempre les votó, pero no tonto.
-“Así, poco a poco, rascando, rascando...”
En lo dicho no hay nada descabellado; incluso da qué pensar. Por si las moscas, yo les invito también a que tomen nota. Las casualidades cuando son muchas dejan de serlo.

BUBA

A Buba, la querida elefanta del zoo botánico de Jerez –que yo me obstino en llamarlo Tempul-, se la llevan para que conozca varón y sea madre. Un poco tardío le viene el encargo porque tiene 30 años y, en libertad, los elefantes suelen vivir sobre los sesenta. De manera que, en todo caso, será madre talludita y conocerá los encantos de la carne al estilo Zapatero, tarde y mal.
Antes de la crisis, los planes del zoo respecto a Buba eran otros. Existía la intención de agrandar el recinto y que fuera el macho quien hiciera la cortesía de visitarla y enamorarla bajo las estrellas jerezanas. Pero el encargado de las prioridades en tiempos de crisis, que así nos va con su torcido criterio, ha decidido que esto no era importante; la “Ñ” había agotado su presupuesto en sembrar carteles y en hacer y tapar socavones junto a otras sandeces improductivas.
Y a mi juicio sí lo era, principalmente porque soy un romántico que aún contempla el valor de lo sentimental. Buba es muy querida por muchos, principalmente por los niños jerezanos; pero como no están en edad de voto sus intereses no resultan políticamente interesantes. Así que ajo.
En estos términos, la acuciante necesidad de compañía de la buena elefanta, más aún al ser un animal de naturaleza gregaria, ha sido resuelta con un nuevo parche; que se la lleven.
Temo mucho que Buba no vuelva a Jerez. Porque entre que llega, se aclimata, congenia, se embaraza, pare y cría a su hijo, habrán pasado bastantes años; los suficientes para que cunda el olvido y se sortee la papeleta.

HUELGA GENERAL

Ha sido la huelga más confusa y absurda de la democracia. Porque normalmente las huelgas son un pulso entre dos intereses en litigio; unos que piden algo y otros que deciden lo contrario, y en esta coincidió que quienes protestaban y quienes eran protestados eran los mismos; exactamente los mismos. De hecho, el setenta por ciento de los escaños socialistas están ocupados por militantes de UGT aunque muchos, digamos, de poca intensidad. Lo cierto es que los protestantes –laicos se entiende- se reivindicaban contra ellos mismos, como quien habla con los espejos. Curioso.
Dicho esto, para uno que es desconfiado como el corzo, la huelga se le antojó una pantomima, una escenificación esperpéntica, un “mire usted lo que hago para que luego diga”. Y lo explico.
Los sindicatos pretendían con la huelga un redentor lavado de cara después de varios años de sospechoso, maloliente y subvencionado mutismo. Y si no ¿por qué protestaron por los recortes del funcionariado y no lo hicieron antes defendiendo a quienes no tienen sueldo que recortar? ¿Dónde se habían metido antes?
Lo cierto es que esta jugada estética ha permitido a los sindicatos una especie de desagravio público.
En el otro lado, los señores del Gobierno, los protestados, según el guión, también han obtenido sus réditos. Han pasado con sobrado desahogo ese presunto castigo de bambalinas que ha supuesto esta falsaria huelga general.
Y es que la gente ha permanecido impávida y perpleja ante la huelga porque ha dejado de creer en los unos y en los otros. O dicho de otra forma, no se han mojado por estos o por aquellos porque ninguno de ellos merece ni un pestañeo.
Así que, menos los empresarios, todos contentos.