Imagen cabecera

Imagen cabecera

18/3/08

POSTELECTORAL

Escribo esto el viernes y aún no sé quién ha ganado las elecciones. Supongo que todos. Como siempre.
Y antes de conocer los resultados, antes de que las euforias o las decepciones tapen mis conclusiones, con objetividad, he reflexionado sobre lo visto.
Respecto a Andalucía, sólo una palabra; pena. Como andaluz, no es de recibo que el señor Chaves esconda su gestión tras el ruido de las elecciones generales. Andalucía merece un debate propio, sin injerencias, limpio de ramas, para que se hable nítidamente de nuestras realidades más cercanas. Por lo demás, yo echo de menos aire limpio, caras nuevas, políticas para los ciudadanos y no falsas palabrerías para crédulos, un ambiente sin nieblas para que, de una vez, el andaluz pueda votar libremente y no con disimulados encauzamientos.
En lo nacional, más que un proceso electoral, me ha parecido una campaña de desprestigio; de los candidatos y de la política en general. Un ejemplo de mediocracia.
Alguien debiera explicarle a algunas sabandijas, turbios asesores de los políticos, que no todo vale para ganar; que el voto es un simple trozo de papel y que vencer, en política, no debiera ser otra cosa que satisfacer a los ciudadanos.
Lo cierto es que jamás vi una disputa más pobre y bajuna en la historia de nuestra democracia actual. Quizás los partidos se han contagiado de la atmósfera reinante, de la gente, de las calles, de las televisiones, y han tomado nota de la zafiedad, la crispación y el insulto. O bien lo promueven. He escuchado atrocidades de puro memo, promesas hilarantes, datos encapuchados, hasta a un discriminado positivo ha estado a punto de correrse en un mitin. Lo nunca visto. Por lo demás, en mi caso, respecto a mi situación personal hace cuatro años, puedo asegurarles que gano menos y que gasto más al comprar lo mismo. Esa es mi medición y no otra. Lo demás, me trae sin cuidado.

No hay comentarios: