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1/10/09

SALVO ESPAÑA

El Fondo Monetario Internacional, por fin, anuncia el final de la recesión. Salvo en España, Nosotros estamos abocados a esperar un año más, como poco. Un país con un 20% de parados, hasta el momento, tiene poco impulso de reactivación.
Lo cierto es que los países de nuestro entorno, para salir de la crisis, y así lo recomendaban todos los expertos salvo Solbes –magnífico soldado de tiempos de paz-, apostaron por la austeridad y la congelación de los impuestos para dejar más sangre en el “anémico cuerpo económico”. Salvo en España. Aquí se ha despilfarrado para salvaguardar votos y se suben los impuestos para pagar el agujero. Presumo que no han reparado en que la inmensa mayoría de los parados no quiere limosnas sino trabajo.
Todos los países, hasta los de naturaleza más reticente como Estados Unidos y Francia, pretenden impulsar la instauración de determinados principios de moralidad en la banca, unos nuevos modos económicos más controlados -esa banca que es privada en los beneficios y pública en los perjuicios-. Salvo en España. Aquí se tapan con dinero público los socavones bancarios, se deniega la financiación a familias y empresas mientras los cabecillas de yate y “Moetchandon” se embolsan 52 millones de euros en concepto de jubilación.
En la inmensa mayoría de los países se ha apostado por la seriedad y el rigor, en forma y fondo, entre bambalinas y en escena, algo así como la prudencia de no soltar carcajadas en un entierro. Salvo en España. Aquí un espectáculo nada pudoroso; corrupción, acusaciones, opulencia política,… Incluso ZP lanza un guiño de modernidad con la fotito de sus elegantes hijas con Obama. Y como fondo el fragor del circo, para entretenernos. Las zarandajas de doña Bibiana –la hija de tal y sobrina de cual- o los discursos retorcidos de Pajín -hija de tal-, como si el buen criterio político fuera genético. Pero soluciones juiciosas, cero; argumentos de peso, cero; solo el “anda que tú” y el engañabobos. Un tropel de decisiones y paso atrás, una noticia y un desmentido, que eso llena mucho. Como los impuestos. Nos dicen primero que van a pedir un esfuerzo a los que más tienen para ayudar a los menos pudientes y luego reconocen que el sacrificio lo van a sufrir las clases medias. O mienten o no saben.
Un servidor, que vota validez y no partidos -los prohibiría-, tiene el consuelo de que no durará mucho este imperio de la torpeza. Salvo bombazo.

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