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22/1/08

EL COTARRO ELECTORAL

Al ciudadano de a pie, supongo, se le debe estar haciendo muy cuesta arriba encontrar destinatario para sus votos. No tanto en las andaluzas, en las que Chaves, parapetado una vez más tras el fragor de las elecciones generales, repetirá en su empeño de proponer una Andalucía puntera y ejemplar; fundamentalmente en pobreza y desempleo, materias en las que seguimos siendo la cola aventajada de Europa; lo que, al parecer, nos gusta.
En las elecciones generales la cosa se complica; las opciones no son de demasiada confianza o, en todo caso, votaremos la menos mala, lo que en democracia es francamente preocupante.
Por la derecha, Rajoy, o quienes le asesoran precariamente, desfenestrando a Gallardón, ha desperdiciado una ocasión pintiparada de ensanchar hacia el centro su potencial votante. Una torpeza, porque buena falta le va a hacer ese puñado de votos. También, con esa rumorosa eliminación, ha descartado una futura amenaza para los Aguirre, Zaplana, Acebes, Arenas, etc… políticos atravesados para el electorado nacional y necesariamente renovables.
Pero además, dos torpezas en una, esta decisión ha amordazado el anuncio de su fichaje estrella, Pizarro, un brillante gestor capaz de dar respuesta a la principal preocupación del españolito, esa alarmante situación económica que sólo Zapatero es incapaz de vislumbrar.
Por la izquierda, encontramos más de lo mismo. El PSOE, como siempre por estas calendas, intenta caldear las viejas rencillas entre los españoles, como si en España fuera posible una nueva confrontación civil. Una baja artimaña, un engañabobos. Lo que no puede presentar es un balance afortunado de su gestión, que ha sido torpe, indecisa y débil. Si no miren; fortalecimiento de ETA, debacle económico salvo para la banca, irrisoria política social, menos educación y más paro y empleo precario… Eso sí, mucho talante, pero poco talento.
Tampoco esta vez dispone del recurso de las mentiras del PP como arma arrojadiza; Zapatero mintió descaradamente al asegurar que no se había reunido con ETA después del atentado de la T4, y lo hizo. Sin embargo, ahora no ha habido mensajitos, ni juicios, ni acometida de los medios, ni estrategias de Rubalcabas. Raro, raro.
Más a la izquierda, la dama apostólica del PSOE, Izquierda Unida, manejada por un celestial Llamazares que despide odios irredentos en cada una de sus palabras, sólo ofrece respuestas a los encasillados en sus siglas. Y aquí no le valen sus subterfugios congresuales, cambiando las reglas inopinadamente para asegurarse su continuidad.
Así que, me temo que, si quiero votar en conciencia, mejor ese día me quedo en casa.

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