Imagen cabecera

Imagen cabecera

14/11/08

UNA CHISPA DE ACTUALIDAD

Están ocurriendo muchas cosas en Jerez últimamente, ninguna esperanzadora sino todas indeseables.
Se ha hundido una casa en la barriada de la Constancia. Estaba cantado. Lo único benigno del asunto es que no ha habido desgracias personales aunque sí ha sembrado la preocupación entre el vecindario. Recuerdo que, cuando iba yo de niño a aquellas casas, hace la intemerata de tiempo, ya me producían una impresión ruinosa, próximas al descalabro. Así que parece mentira que nadie en urbanismo, que no será por técnicos de presunto renombre y opíparamente remunerados, haya previsto esta amenaza.
Y en este ambiente de derrumbes, más incendios, más la crisis y el paro nuestros de cada día, reaparece Pacheco de la chistera y dice que vuelve, o que no se ha ido. Yo creo que se fue, que ha esperado un tiempo en la sombra aquellas auditorías sobre su gestión que nos prometieron, y que sale ahora de la concha cuando comprueba que no van a producirse. Sólo una verdad en lo que él llama su verbo directo, yo diría más bien averiado, que Jerez es un absoluto desastre.
En efecto, aquí vamos de mal en peor y nadie, del eje Jerez-Sevilla-Madrid, es capaz de insuflar a los jerezanos una brizna de esperanza. Yo percibo la preocupación en la calle, un malestar que podría llamarse atmosférico. Pero claro, de Jerez a Madrid pasando por Sevilla, resuelven esas preocupaciones con un atadillo de datos y con algún dislate de falsas esperanzas.
Pero hay un dato mundano que delata la crisis con solo pisar las calles jerezanas; no recuerdo un Jerez más sucio y descuidado. Las calles están inmundas; hay bolsas y desperdicios por todas partes; las aceras están machacadas y llenas de cascotes; los jardines están descuidados y los árboles secos; los bancos y paredes han sido primorosamente decorados con grafitis por esa juventud de la EPD, plena de sensibilidad y ansias culturales; los parterres son escusados comunales de perros como exponente de la refinada educación predominante.
En verdad, poco ayuda este panorama desolador al optimismo que pregonan para reanimar la actividad económica. No creo que lo más eficaz para el ánimo del respetable sea ese entorno de penuria, porquería y devastación.
Algo así como pedir chistes en un velatorio.

No hay comentarios: