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28/9/10

BANDOLEROS EN GRAZALEMA

El pueblo de Grazalema me ha otorgado el honor de ser pregonero de su Fiesta Bandolera bajo el título "Sangre y amor en la sierra", a celebrar este fin de semana en la localidad serrana. Mayor honor y responsabilidad aún cuando reemplazo a Sancho Gracia, el inolvidable Curro Jiménez, o al genial escritor jerezano Caballero Bonald, que por distintas y suficientes razones no pueden acudir.
Jamás me había planteado ser pregonero de ninguna cosa. De la Semana Santa porque, desde un enorme respeto, ni la vivo ni la veo. Y de una feria o similar tampoco porque la vivo tan intensamente que dejo de ver en unos segundos. Pero una Fiesta Bandolera es algo más acorde con mi condición de proscrito, de rebelde, de justiciero con causa, de no clasificado. No obstante yo vengo a ser casi un exiliado de la democracia por ese inconformismo romántico y desinteresado.
Y digo esto porque José María "El Tempranillo", cuya figura es el eje de la celebración, así como otros muchos que igual bailaban, quizás no debieran ser tenidos por forajidos en cuanto precursores de Rondanes, Giles o Julianes, sino como llanamente rebeldes ante la arbitrariedad y la opresión. Igual que yo.
En efecto, la Fiesta Bandolera gira en torno a la figura del más afamado bandolero de Andalucía, José María “El Tempranillo”, el "rey de la sierra", que tuvo una importante raigambre grazalemeña. Porque allí, entre peñascos indómitos e inasequibles que casi acarician el cielo, perdió y ganó en el mismo segundo lo más importante de su accidentada y corta vida; nació su único hijo y murió su gran amor. Si se piensa al respecto, no hay dos capítulos más cruciales en la vida.
Ese fue el punto de inflexión en la vida de "El Tempranillo", de marcar con una línea roja su pasado y su futuro, y este es el hilo conductor del gran teatro viviente en que se convierte toda Grazalema. Y vale la pena vivirlo, sentirlo, porque pocas personas tienen la oportunidad de viajar a través del túnel del tiempo.

22/9/10

LA RUINA


Si pasan por la calle Porvenir, haciendo esquina con Marimanta, encontrarán ustedes un ejemplo típico del urbanismo en el centro de Jerez; una casa absolutamente en ruinas y a punto de desplome.
Se apostó tanto por el provechoso adosadito que ahora el centro se muere en todos los aspectos.
Yo vigilo esa casa muy de cerca, a diario.
Cuando arrecia el viento y la lluvia se sienten dentro del caserón temblores y rumores de agonía, como si estuviera ocupada por un espíritu moribundo. En la azotea brotaron unas ramillas que ya se han convertido en un árbol de envergadura. Diariamente se desprende de la fachada alguna piedra, avisando, mejor amenazando, y sin embargo ahí sigue la ruinosa casa tal cual, como si fuera la Alhambra.
Hace aproximadamente un año, en un vigoroso arreón de levante, se desplomó una buena porción de cornisa; no mucha pero la suficiente para matar a alguien. La respuesta de las autoridades fue una señal de aviso y la calle cortada. No más tarde del día siguiente, la valla y el precinto fueron apartados por los cívicos vecinos y ahí siguen, en un rincón, esperando testimonialmente que suceda una desgracia. Y es curioso, pero la Policía Local multa y multa por las inmediaciones, a poco más de un metro, pero jamás han hecho por reponer la valla. Una señal inequívoca de lo que realmente importa.
En esa casa, como en tantas otras del agónico centro de Jerez, no hay eutanasia que valga. Hay que esperar a que se caiga y rezar mucho para que no haya nadie debajo, no ocurra como con las palmeras de San Mateo.

EL "DESCANSO" ESTIVAL

Se acabó lo que se daba.
Atrás queda un largo mes de veraneo en Rota que me ha servido para doctorarme en castillos de arena y cometas con el muy ganado premio de la cerveza y el espeto. Es un justo castigo al padre tardío, playa en vena por amor paterno. Lo cierto es que mi síndrome postvacacional consiste en una sonrisa como un ventanal.
Es curioso, pero los veraneos roteños son calcados, exactamente repetidos año tras año, sin que varíe una coma. Como si ves todos los años la misma película.
La eterna feria del libro en el horno de la plaza de la Cantera, el paseo de rigor en trenecito para saludar como un cretino a diestro y siniestro, la docenita de higos chumbos que como un bodegón alegran la nevera, la meritoria función de los niños del colegio salesiano, la excursión a Los Corrales para esquilmar un poco más la sufrida naturaleza...
Es curioso pero hasta la tradicional noche literaria roteña se nutre todos los años de los mismos escritores y que luego se ponen ciegos en una parranda con cargo al erario público. No se sabe qué es antes, la gallina o el huevo; la sensibilidad literaria o la etílica. Algunos se la pisan.
Al menos he aprovechado este mes espiritualmente vacío para hacer un estudio concienzudo del gregarismo humano.
Primera observación; bajé temprano a la playa vacía, planté mi sombrilla en el desierto y enseguida llegó alguien para ponerse casi encima. Segunda observación; bajé a desayunar, ocupé la esquina de una barra vacía y enseguida llegó otro para ponerse codo con codo.
Somos de borregos que no tenemos remedio.

EL DECAMESTRE

Desde la Alcaldía de Jerez nos dicen que quedan diez meses para que se visualice lo invisible de su gestión. Ojalá sea así, aunque es difícilmente creíble. Más bien es previsible que los esfuerzos sigan centrándose en buscar cuartos para seguir pagando.
Pero hay más razones para pensar que en esos diez meses se hará poco o nada. Veamos.
Aquí, en agosto, no se mueve una hoja. Y no creo que emulen a ZP renunciando a sus vacaciones, que me da la risa. Ya queda un mes menos.
Después viene el síndrome postvacacional que, en política, se emplea en afilar las hachas y los cuchillos para proseguir con eso del diálogo y el talante que, cada vez que lo escucho, micciono. Quedan ocho meses.
Y en esos ocho meses llega el lío. ¿Quién será la alcaldable socialista en Jerez? Ese debate, con su consiguiente ración de codos y arañazos, se comerá sin duda todo el tiempo que queda hasta la campaña. ¿Sánchez o Sánchez? This is the question.
Y es un tema complejo. Parece evidente que la señora Sánchez no es una candidata aclamada desde las tripas del partido y que ni siquiera cuenta con el respaldo de sus compañeros de viaje. Por otra parte, sería una temeridad reemplazar por las buenas a quien acaparó los votos ciudadanos y ganó una mayoría absoluta, aunque haya sido diligentemente dilapidada.
Imagino que dejarán que sean los acontecimientos quienes argumenten una decisión, que aparezca un pretexto mágico para borrarla sin el castigo de la ciudadanía.
Y si no, llegará el marrón. Habrá que tragar y buscar "kamikazes" que la acompañen en las listas de la hoguera, que so se preocupen que parecerán a patadas. Pero descartado el clan de los insumisos, ni hay tantos ni serán los más cualificados.

Y MAÑANA QUÉ

El Ayuntamiento de Jerez está en bancarrota.
Sin entrar a valorar la gestión, que ese es otro cantar, resulta que el esfuerzo hacedor de la Corporación, todo su mucho o poco caudal imaginativo, se agota exclusivamente en buscar cuartos para acabar el mes; como todos los mortales que no se dedican a la política. En los demás asuntos, la gestión sólo puede definirse como abandono.
No obstante, siempre encuentran un escondite y siempre el mismo; “es la herencia del pachequismo”. A estas alturas, ya vamos estando hartos de ese regate constante a las responsabilidades; que si el franquismo, que si el PP, que si la coyuntura internacional, junto a otras pamplinas.
Creo que ya está bien de monsergas.
Nosotros, los votantes, damos la confianza a los políticos para que solucionen problemas y no para que naveguen con viento a favor o nos cansen con lamentos. La señora Sánchez sabía con todo detalle lo que iba a encontrarse en el Ayuntamiento, casi al céntimo, y aceptó el reto. Si no se sabía capaz de arrostrar los problemas, tendría que haber declinado. Pero claro, un sillón de Ayuntamiento tira mucho. De momento, como a sus "hermanos mayores", a la señora Sánchez no se le conoce otra obra que muchos remiendos y lamentos.
Al estilo nacional, la consigna del partido es clara, la habitual; nosotros somos malos pero los otros son peores. Pero olvidan o quieren olvidar que, quieran o no quieran, la oposición ni toma decisiones ni gobierna. Son ustedes los "pijirrojos" los que aciertan o se equivocan y lo demás es puro ventilador.
Las ayudas recibidas de la Junta para salvar el tipo son un parche puramente político para evitar males mayores. ¿Pero quién va a pagar las próximas nóminas? ¿Seguimos olvidando que el verdadero problema no es pagar sino la cantidad desorbitada que se paga? Bastaría hacer unos tests mínimos de capacidad y méritos para adelgazar dos tercios la nómina administrativa de la provincia de Cádiz, y más aún en ese organismo inexplicable que es la Diputación. Pero eso no conviene.
También está la opción de recaudar más. Quizás por ello últimamente nos están acribillando a multas, indiscriminada e injustamente, ahogándonos más.
Una medida muy socialista de una izquierda de mentirijillas.