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25/2/10

EL CLAN DE LA FORTUNA

En España, la parcela del éxito está reservada para la izquierda, o mejor dicho, para esos burgueses que han invertido en izquierda, como en bolsa, para sacar beneficios. Se ha formado un vergonzante entramado de políticos, escritores, artistas, actores, directores, presentadores… con el común interés de ellos mismos, sin más intención que la supervivencia y despreciando zarandajas tales como la libertad, los derechos, la igualdad, la democracia, el buen gobierno, la gente o la prosperidad. Entre ellos se reparten la fama, los medios, las distinciones, los premios y las bolsas, violentando el talento con la avaricia, copando todas aquellas instancias en las que se toman las decisiones políticas, literarias, cinematográficas, culturales,… de forma tal que los demás sencillamente no existen. Si alguien propone a alguien extraño al clan es nepotismo y, mientras, ellos son ponentes de todo, jurados en todo, premiados por todo, distinguidos en todo, y se transforman en palmeros de sus siglas mientras abarrotan de amigotes inválidos los ayuntamientos, las diputaciones, las fundaciones, las administraciones y demás.
Quizás por eso yo he dejado de sentirme de izquierdas para convertirme en un asqueado de ninguna parte.
Algunos de estos personajes provienen de la Guerra Civil, incluso la añoran, y digo esto sencillamente porque sus despensas se nutren de aquella barbarie abominable y necesariamente olvidable. Otros miembros del "clan de la fortuna", por razones de edad, no pueden aferrarse a esa treta pero intentan recuperar el recuerdo para promover la lástima de los vencidos, una vitola de mártires, pero olvidando que en aquella atrocidad perdimos todos. A esta maniobra se le llama tejemaneje necrófago, una suerte de engañabobos que no es delito pero debiera serlo.
Esa, y no otra, es la intención oculta de la memoria histórica. No hay día que no tropiece con un perseguido político que jamás lo fue, o con exiliados en viaje de negocios muy remunerados, o con encarcelados políticos por una tumultuosa borrachera, o con oportunistas engordados a base de fusilados, o con luchadores antifranquistas con uniforme de la OJE, e incluso con quienes olvidan la memoria de los muertos propios porque coyunturalmente les conviene. Ahí están Lorca y las mentiras del avispado inglés –por fin demostrado lo que en Fuentevaqueros sabían de siempre-, o el pasado zigzagueante del impresentable Sopena -ignorante y soberbio sabelotodo que vende izquierdas sin vender un periódico-, y otros muchos perseguidos por nadie que, con evidencias en la mano, omitiré de momento.
Son los miembros del "Clan de la Fortuna".

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